Esther Rebollo: ojos que no ven, corazón que no siente

 

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A veces pasan cosas en los primeros meses de la Universidad que luego recuerdas muchas veces. Creo que eso ocurrirá con La Tertulia Infinita celebrada con Esther Rebollo (Agencia EFE) ante los estudiantes de primero de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Rebollo les dio tantas referencias, les condujo por un territorio tan extenso, que sin saberlo les estaba dando pautas que van a serles útiles en algún momento. Libros, personajes, momentos históricos…

Con moderación de Jaime Oviedo y fotografías de Martina Marcelli, así lo vieron los estudiantes en Twitter (#TIAsiaAmerica)  y así lo ha relatado el estudiante Rubén Rodríguez Gonzalo (@serhumxno). El título es suyo. Gracias, Esther.

 

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Al inicio de la charla, la periodista de EFE Esther Rebollo retrocedió en el tiempo para situarse al lado de los alumnos. Recordó sus motivaciones, las que en momentos de confusión le condujeron por esta vía, esta carrera: era la única que podía satisfacer las ambiciones con las que se enfrentaba a la Universidad, principalmente viajar y conocer el mundo.

La reportera visitó la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense el pasado 3 de diciembre para advertir a los futuros periodistas sobre la situación latente en algunos estados latinoamericanos y asiáticos, donde tiene un extenso currículo como corresponsal. Ha cubierto desastres naturales, golpes de Estado, procesos electorales, violencia social y  política.

Nos habló de la violación de los derechos humanos que se está dando en muchas partes del mundo sin que esta información llegue a nuestros oídos porque los medios huyen de ella. Y si nosotros no la vemos, no lo sentimos. El resto de la charla fue un gran mensaje de motivación a los alumnos. Les proporcionó algunas bibliografías y figuras referentes del periodismo para que tuvieran una visión más amplia de lo que es la profesión. También recordó que ella comenzó trabajando para medios económicos y explicó que esta disciplina tan alejada de sus intereses sí le ayudó a comprender la realidad. Insistió en que la economía es necesaria para poder informar con una mayor perspectiva.

Filipinas y la droga

Jaime Oviedo, en el rol de moderador, le planteó dos cuestiones que atrajeron la mayor atención durante el encuentro: por un lado, la campaña antidroga que el presidente Rodigo Duterte lleva a cabo en Filipinas, y por otro el tratamiento que los medios latinos hacen de sus problemas internos de narcotráfico.

Rebollo recondujo la segunda cuestión a cómo cada país huye de pronunciarse sobre estos temas. Cómo desde España se profundiza en la investigación del narcotráfico en Colombia pero no se indaga de verdad en la que se da en el estrecho de Gibraltar o la que enriqueció a la costa gallega en los años 80. La hemos conocido prácticamente más a través de las series. “Vamos allí y lo destapamos todo cuando aquí no lo hacemos, explicó. Dio algunos ejemplos de países como Perú, que frente a lo que muchos pensábamos es el principal productor de cocaína en Latinoamérica. La solución de su Gobierno es silenciarlo y los medios no se hacen eco de esta práctica que contamina los barrios obreros.

Respecto a la campaña antidroga de Duterte en Filipinas, Rebollo relató que ha podido conocer en primera persona cómo los filipinos amanecían con las calles pobladas por policías y cadáveres. Explicó cómo esta campaña se basa en crear perspectiva de seguridad en lugar de seguridad real, terminando con la vida de ciudadanos a los que ya muertos se acusa de narcotraficantes. En muchas ocasiones sólo son civiles utilizados para argumentar éxitos políticos, y parece surtir efecto porque realmente la gente está asimilando esta idea que intentan transmitir de dedicación de las autoridades para terminar con este problema. Así encubren su verdadero papel en el narcotráfico, las relaciones que mantienen los políticos con los delincuentes.

Filipinas está formada por muchas pequeñas islas. Mindanao es una ciudad ubicada en una de estas islas. En su territorio se daba un conflicto armado desde hacía 50 años entre el gobierno y los residentes musulmanes, el “movimiento Moro”, que mantenían reclamaciones territoriales. Duterte, que se crió en el decadente barrio de Maasin, accedió a la alcaldía de Mindanao. Decidió terminar con este conflicto a la fuerza, él mismo, según relata la periodista. Se subía a una moto y desde allí disparaba a los insurrectos. Finalmente la gente se quedaba en casa por miedo, y así se dieron cuatro años de paz forzada, paz cimentada en el miedo. “Esto fue un desmadre, y ahora este hombre es el presidente de Filipinas”, disparó Esther Rebollo.

 

El tsunami

Cabe destacar su experiencia cubriendo el tsunami que azotó Indonesia y numerosos países del Océano Índico como consecuencia de desbastador terremoto de 2004. Explicó a los alumnos cómo este episodio le preparó a la hora de afrontar los retos que más adelante se le presentaron en Latinoamérica.

Se desplazó a Indonesia sin tener claro qué había pasado allí, solo que se habían perdido las comunicaciones y que un compañero suyo corresponsal en esa zona en el que ella confiaba plenamente le había dicho que algo había ocurrido. “Las decisiones que uno toma como periodista se basan mucho en la intuición” confesaba. Fue en el aeropuerto de Ámsterdam, cuando hacía el trasbordo de su vuelo hacia Indonesia, cuando a través de las televisiones y de los pasajeros conoció lo ocurrido, y entonces recibió la llamada de su compañero y le explicó que ya había recibido las primeras informaciones. Rebollo relató cómo se desenvolvió en este país, el equipo en el que se encontraba María Rosa Calaf, la prestigiosa periodista de RTVE, y lo mucho que aprendió de ella. Mencionó cómo los medios se centraron en las víctimas del tsunami en Tailandia olvidando los fallecimientos en indonesia, ya que en Tailandia se encontraba muchos turistas europeos de vacaciones y había fallecidos de muchas nacionalidades occidentales, también españoles. Cerró este relato con la idea de que los muertos en Tailandia fueron más importantes que los cientos de miles de muertos en territorio indonesio, porque estos últimos no nos afectaban directamente.

Por último, tras abordar los principales problemas que oscurecen la política asiática y latinoamericana, cerró refiriéndose a España. Advirtió de los peligros del ascenso de la extrema derecha y de cómo hay que pelear por mantener libertades que no están aseguradas. Sobre Vox sacó a debate un interesante tema: que los votantes de este partido en las elecciones andaluzas no han nacido ayer. “Estamos hablando de la caída socialista, pero nadie está hablando de la fragmentación de la derecha. La izquierda desde su nacimiento se ha presentado fragmentada, pero la derecha es el único bando que siempre ha estado unido. Hasta ahora”.


Marc Bassets: “Washington es la Bruselas de las Américas”

“Soy cauto al emitir juicios de valor”. “No debemos opinar de lo que cubrimos”. “Necesito tiempo para sopesar”. “Conviene un poco de perspectiva”. Achtung, heads up, paren las máquinas: un corresponsal con mentalidad científica en esta era rápida de fronteras movedizas entre periodismo y posicionamiento personal.

Marc Bassets, en The Toast Cafe. Foto: Mª Ángeles Martín

Se diría que cada vez que lanzamos una pregunta a Marc Bassets (Barcelona, 1974) la deja caer sobre la mesa como un pequeño ratón. La mira –en realidad mira una una libreta de notas que ha traído-, la disecciona mentalmente, concede no más de dos segundos al silencio y responde por partes. Siempre un doble empeño: “Espero ayudarte a entender las cosas con rigor” y “No quiero parecer presuntuoso”.

Estamos ante un periodista de grandes capitales. 15 años de experiencia repartidos  entre Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Ha trabajado sobre todo para La Vanguardia. Desde hace un año y tres meses, para El País. Hablar con alguien que pisa el terreno ayuda a deshacer estereotipos sobre los países. Aunque Bassets dibuja una política americana que “es como una película, siempre con sorpresas”, desmonta con golpe seco mitos e imágenes asentadas. Ese Barack Obama sobredimensionado por los medios, siempre cómodo y sonriente ante audiencias masivas, es en palabras de este reportero alguien retraído, reflexivo, introvertido: “No es expansivo ni natural como Bill Clinton o George Bush hijo, que si estuvieran aquí ya serían amigos de todos vosotros y os habrían contado una anécdota relacionada con vuestras vidas. Él lo mira todo con distancia y lo procesa. Es un intelectual”. El presidente de EEUU es un posibilista, un conocedor de la realpolitik: “Aunque se ha destacado su idealismo, no tiene grandes ideas para transformar el mundo. Sabe cuáles son las cartas con las que juega y busca la mejor solución”.

Ahora que vuelve la Obamanía por el Pacto Nuclear y otras victorias como  el matrimonio homosexual, el reportero subraya todos los logros del presidente (reforma sanitaria, ruptura de inercias con Irán y Cuba, recuperación económica de Estados Unidos tras la recesión…) pero también recuerda sus desastres. Hay guerras mal cerradas (Irák, Afganistán) y un claro fiasco de aquel reset con Rusia que Obama aventuró en sus inicios y que con Ucrania sobre la mesa suena a broma. Aunque le cuesta calificar, Bassets acaba poniendo al líder estadounidense un 6: “Pero el curso no ha acabado. Puede ser un 5 o un 8”. Después dirá también: “Hay que asumir los límites de un país y de una persona”.

Ha sorprendido la persecución de la Casa Blanca a los llamados whistleblowers, personas que denuncian irregularidades basándose en el acceso a información confidencial. Edward Snowden es el caso más conocido. Pero Bassets recuerda que la batalla contra las filtraciones se remonta a Daniel Ellsberg y niega que la relación del presidente con los reporteros sea peor que en anteriores administraciones. Lo que hay es tibieza: “Obama no tiene conexión emocional con la Prensa, pero tampoco con los congresistas. Esto le ha creado problemas a la hora de legislar. No ha sabido seducir, conseguir que se apoyen medidas como la reforma sanitaria”. Estamos ante un presidente que ni va a jugar al golf con políticos ni se toma un whisky con ellos o les llama para preguntar por su familia, dice el catalán.

Más castillos de naipes desmontados: el periodismo estadounidense no siempre es mejor que el español: “El bueno es espectacularmente bueno, pero hay periodismo americano muy malo. Las televisiones dejan bastante que desear como fuente informativa. Cada vez utilizo menos las de información continua, CNN, MSNBC, Fox… Han entrado en una dinámica ideológica, sensacionalista, que ayuda poco al corresponsal”.

El invitado es discreto cuando se le pregunta reiteradamente por aspectos como su abanico de fuentes o la relación de los reporteros españoles con la Embajada: “No es ni buena ni mala. No espero demasiado de las embajadas. Aventuro una teoría: quizá han perdido sentido. Por ejemplo, en el gran asunto entre manos, el acuerdo comercial, es por la vía de la Unión Europea como EEUU se relaciona con España. La embajada española queda un poco desdibujada”. Ante la curiosidad sobre sueldos de los corresponsales o limitaciones impuestas desde su sección en Madrid, también diluye respuestas para evitar que suenen a crítica: “Hay una negociación, hay que ceder y tiene que haber un equilibrio entre el reporterismo y las llamadas breaking news. Comparando con mis años en La Vanguardia, creo que cada vez es más la delegación la que autónomamente propone y marca la agenda”. A pregunta de Jaime G. Mora responde que no hay grandes diferencias en los temas elegidos por su medio actual y el diario de Barcelona.

Participantes en La Tertulia Infinita 15. Fotos: Mª Ángeles Martín

Como delegado de El País en Washington, este catalán coordina a las cuatro personas que trabajan con él en la ciudad, a la corresponsal del diario en Silicon Valley, Rosa Jiménez Cano, al corresponsal en Los Ángeles, Pablo X de Sandoval, y al periodista destacado en Nueva York, Sandro Pozzi, además de a otras dos personas que se incorporarán próximamente. Todo un equipo que demuestra la apuesta del periódico por América y en particular por América Latina. “Somos todoterreno, pero uno de nuestros reporteros se dedica especialmente a la población latina y los asuntos latinoamericanos. Washington es el Bruselas de las Américas. Hay sedes panamericanas como la OEA o el Banco Interamericano de Desarrollo. Cada semana hay ministros latinoamericanos allí”. Algo que ha pasado desapercibido a muchos: Elpais.com se presenta hace tiempo con cuatro pestañas: España, América, Brasil y Cataluña: “Trabajamos mucho para la edición americana, con jornadas muy largas e intensas. Después del horario español llegan otros horarios y otras pautas. Al menos las ruedas de prensa se concentran en horarios bastante decentes. Obama raramente habla más allá de las 3 de la tarde. Le gusta cenar en familia y allí cenan a las 18.30”.

Washington se parece a Bruselas por la existencia de tareas reiterativas. La cita obligada es la rueda de prensa de la Casa Blanca, a las 13.00 horas. “Hay rutinas pero hay muchas rutinas”, puntualiza Bassets para que se reconozca el esfuerzo que conllevan. La prensa internacional se concentra en el Foreign Press Center, ubicado en el National Press Building, donde El País tiene despacho. La sala de prensa de la Casa Blanca es muy reducida, y acuden corresponsales con plaza fija que deben solicitarlo. “Te comprometes a acudir todos los días, para nosotros algo excesivo. Es preferible solicitarlo específicamente el día que quieras ir”. Puede haber más ruedas de prensa: del Departamento de Estado, el Pentágono, el Capitolio…. Y además está el resto del país, que un día puede llamar la atención desde Ferguson y otro desde Nueva York.

El hecho de que asista a la tertulia Felipe Sahagún, corresponsal en EEUU en los años 70 y jefe de Internacional en RNE entre 1980 y 1986, da pie a un mano a mano de altura entre el periodismo de entonces (el de Cirilo Rodríguez y Jesús Hermida) y el de ahora, en todos sus frentes. Sí, el acceso a las élites de la Administración sigue siendo más sencillo de lo que pudiera pensarse en comparación con otras capitales. Y no, ya no se desayuna leyendo el periódico en papel; esto se deja en todo caso como capítulo final. Bassets da por descontado que Internet “nos hace mejorar” y destaca el valor pedagógico de nuevos medios como Vox.com en la narración diaria de EEUU.

El reportero relata también su seguimiento del Pacto nuclear en Viena. Aunque ha publicado informaciones con humor (leer La diplomacia del balcón), dice que ha sido una de sus coberturas más difíciles. Cómo escarbar desde el espacio habilitado para la prensa -una lona frente al hotel donde se reunían los líderes- cualquier indicio mínimo de noticia. Un asistente, Gregorio Vázquez, pregunta si en materia de seguridad el pacto no es una mera prórroga para que Irán fabrique la bomba: “Es una crítica muy sólida”, admite Bassets.

Bassets, en un momento de su diálogo con Felipe Sahagún. Fotos: Mª Ángeles Martín

Con Rusia no percibe verdadera guerra fría: “En Viena John Kerry y Serguei Lavrov trabajaban codo a codo para levantar las sanciones a Irán mientras EEUU sancionaba a Rusia por Ucrania. Es como un ajedrez en partidas simultáneas, no un blanco y negro”. Con relación a Europa recuerda que Obama no se siente vinculado al continente y ha perpetuado la vieja exigencia norteamericana de que haya un interlocutor político único. La elegida ha sido la canciller alemana Angela Merkel. Hay preocupación por Grecia más allá de lo económico: “Para EEUU, es un estado clave desde la Segunda Guerra Mundial. Está en la OTAN. Entró en la Comunidad Europea antes que España y Portugal no porque estuviese más preparado que ellos sino porque es pieza básica en el Mediterráneo. Cerca de Turquía, Rusia o Los Balcanes, los americanos temen que el país se acerque a la órbita putiniana”.

Vuelta al escenario nacional, con campaña electoral por delante. Sería una sorpresa que Hillary Clinton no fuese la candidata demócrata elegida para los comicios de 2016, pero en el caso republicano hay una competencia más abierta y por ahora destacan Jeb Bush y Marco Rubio: “Bush es un buen político. Con experiencia. Inteligente. Le escuchas y convence. Pero tiene un problema: se llama Bush. Marco Rubio tiene menos experiencia. Es más bisoño. Pero miras su cara y ves el futuro de EEUU. Mestizo. Hispano”. A un lado del ring, Bassets imagina a Rubio, joven de origen humilde, hijo de inmigrantes de 44 años; al otro lado a Clinton, una mujer que salió por primera vez en la prensa en 1968 y que desde entonces no se ha bajado de ella. Dice que en campaña el equipo de El País tratará de combinar el seguimiento de la politics (la política de declaraciones) con la policy (las grandes estrategias y planes de los partidos). Sin perder el pulso del país.

El hecho de que la mujer de Bassets sea periodista y que a ambos les guste la vida nómada hace que la familia resista bien en un destino que el corresponsal Gary Younge acaba de abandonar por motivos varios entre los que está el racismo que quiere evitar a sus hijos. Bassets tiene hijos, pero no cree que EEUU sea un país mucho más racista que otros: «Sin un cierto estatus económico, eso sí, es muy duro”.

Un libro para entender EEUU: el diccionario político de William Safire, redactor de discursos de Richard Nixon. Un periodista básico para seguir la Casa Blanca: Mike Allen, de Politico.com. Un trabajo propio: un viaje sobre la América de Obama con fotos de Guillermo Cervera que se publicó en tres entregas (el país de la revolución energética, la América profunda y las ciudades del viejo corazón industrial).

Estos ejemplos de reporterismo a fondo le acercan al periodista que confiesa admirar, David Remnick, editor de The New Yorker. Como en el caso de la revista, el trabajo de Bassets destaca por la escritura que se desliza pero también por la profundidad. El corresponsal combina en un mismo jugo sus pinceladas sobre lo que ve con los sesudos argumentos de analistas y think tanks.

“Ahora estoy opinando”, “En estos momentos hablo por mí”, sigue advirtiendo. Intentos honestos de mesura y asepsia. Dos participantes en el encuentro coinciden en una palabra que no es tan común para describir a un tertuliano ni al periodismo: temple.

  • Galería fotográfica de La Tertulia Infinita 15
  • [La #TertuliaInfinita15 se celebró en el espacio estadounidense @TheToastCafe el miércoles 8 de abril de 2014. Gracias a sus dueños, Claudia y Ryan, y al encargado, Ricardo].
  • En colaboración con FronteraD y Librerantes.

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