Xavier Colás: «Ser corresponsal en un país con leyenda negra mola»

 

Avisas a Xavier Colás de que ya no dispones de tiempo para hacer los resúmenes de La Tertulia Infinita y dice que ayudará con unas notas.

Querido Xavier, de esto no nos vamos a olvidar. De esto y de la gran tertulia que ofreciste, que dejó a todo el mundo con ganas de conversar más. Rusia es un país inabarcable y ser corresponsal allí es un regalo. Gracias por compartirlo con nosotros.

La Tertulia Infinita 25 tuvo magia y lo pueden ver en las fotos. Sigan a este periodista listo y generoso, en Twitter o donde sea.

Abajo las notas del encuentro (algún tuit más en #LTIRusia).

Y aquí la galería fotográfica (Íñigo de Amescua / LTI ccby).

 

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Rusia, el país

 

  • «Rusia tiene un 78% de rusos. Ocho millones de inmigrantes. 143 millones de habitantes. 128 nacionalidades. 20 millones de musulmanes. Es un país más ruso que nunca, a pesar de la inmigración».

 

  • «Rusia es un país que vive en tres siglos distintos: el XXI, el XX y el XXI«.

 

Rusia, derechos humanos y disensión 

 

  • «Hay un dicho ruso muy viejo: ‘Ay, si el zar lo supiera’.  No se cree que los de arriba sepan lo que estaba pasando y Putin se beneficia de esta situación. Putin se beneficia más por omisión. En Rusia se critica a todos, jueces, policías, pero Putin parece estar por encima. Compañeros míos en casos de derechos humanos lo han comprobado de una manera descorazonada».

 

  • «‘En este país puedes ser el animal que quieras pero no jirafa‘, me dijo un periodista en Moscú. No hay que llamar la atención.

 

  • Navalny [Alexei Navalny, opositor más destacado a Putin] es muy valiente… Rusia produce gente muy valiente y algunos lo pagan con la vida… No le veo como presidente porque tiene un 3% apoyo. Su tarea es ser una oposición de verdad».

 

  • «Cuando los gays empezaron a salir, a ir a las fiestas, especialmente a las mujeres les encantaron. El ‘elefante en la habitación’ cada vez es más grande, cada vez hay más gays que ‘molan’. ¿Qué van a hacer con ellos cuando empiecen a hablar de política?«.

 

 

Rusia, corresponsales

 

  • Los corresponsales miramos la prensa rusa para ver de qué tendríamos que escribir, la española para ver de qué tendríamos que haber escrito y la anglosajona para saber de qué escribiremos mañana. Pero claro que los medios son muy críticos con Rusia. Ser corresponsal en un país que tiene una leyenda negra mola un montón. En Suiza no sería lo mismo.

 

Rusia, nacionalismo y fronteras

 

  • «Moscú ha reprimido con mano dura cualquier intento de secesión dentro de sus fronteras, pero decidió apoyar otros movimientos independentistas en los países vecinos».

 

  • «A principios de los convulsos años 90, el Kremlin apoyó a los movimientos secesionistas en Transnistria (respecto a Moldavia), en Osetia del Sur y Abjasia (respecto a Georgia) y en Nagorno-Karabaj (respecto a Azerbaiyán). ¿Por qué? Por la buena relación que mantienen estos dos países con los entes supranacionales que el Kremlin considera adversarios: la UE y la Alianza Atlántica (OTAN)».

 

  • «No creo que Rusia vaya a intentar algo en los países bálticos, pero tampoco creía que lo intentase en Ucrania… Los rusos no son tan nacionalistas como su gobierno pero muchos tienen problemas a la hora de definir dónde empieza y acaba su país«.

 

  • «Dentro de las fronteras rusas, los movimientos independentistas son reprimidos con dureza: el mejor ejemplo fue Chechenia«.

 

  • «En diciembre de 2013, poco antes de promover el separatismo en Ucrania, Moscú aprobó unas leyes que castigaban con penas de cárcel y fuertes multas a quienes hicieran llamamientos al secesionismo en Rusia«.

 

Rusia, Cataluña y bots

 

  • Vladímir Putin ha repetido, desde su primera comparecencia sobre el tema el pasado 4 de octubre, que la cuestión catalana es ‘una cuestión interna del Reino de España’. Pero aprovecha la situación para referirse a Kosovo y a Crimea reprobando a EE.UU. y a la UE.

 

  • Los rusos ven a Rusia como un país cuya soberanía e integridad territorial están en permanente peligro. Las amenazas, según el discurso que circula por esos medios, provienen de dos fuentes principales: el terrorismo yihadista y “Occidente”, encarnado en Estados Unidos, la OTAN y la UE. Creen que Occidente sólo respeta a Rusia cuando ésta es fuerte. No cuando tiene la razón.

 

  • Los medios han informado de la red de bots prorusos que varias investigaciones han constatado que se dedican a diseminar contenido de las cadenas dependendientes del gobierno de Putin, retuitean o comparten piezas relacionadas con Cataluña. Pero son muy rudimentarios. Al ponerlos el gobierno sobre la mesa, ahora España sí que está en el disparadero. Cataluña no era el principal interés como sí era el Brexit o EEUU.

 

  • RT ha hecho una cobertura bastante equilibrada en televisión, no tanto en web. Pero hay que recordar que no es un negocio ni un servicio público: los rusos no la ven. Está al servicio el gobierno.

 

 


Rosa María Calaf: “El viaje es esencial”

 

  • Un consejo: “Hay que ir a ver las cosas en persona y, si no puedes, tener los ojos de ese periodista que es de confianza y cuenta las cosas como son”
  • Periodismo: “La audiencia ha acabado creyendo que es mejor periodista el que anda todo el rato arrastrado por el suelo cuando no es necesario”
  • Cataluña: “Los nacionalismos, como la religión, son siempre las causas más irracionales de los enfrentamientos”
  • Marginedas: “Compartíamos infraestructura, vivíamos en el mismo edificio, íbamos juntos al súper… Estoy preocupada”

Rosa María Calaf, en La Tertulia Infinita 9. Foto: Mónica Marcos.

La primera vez que la buscamos, Rosa María Calaf (Barcelona, 1945) respondió desde Alaska. Antes o después de esa ruta cayeron las de Irán, Mongolia, Argentina, Australia… Desde que se jubiló, la periodista de TVE reserva tres meses al año para viajar en coche sin la presión de entregar crónica a un medio, sólo para alimentar el alma con personas y paisajes nuevos: “El viaje es esencial. Si no sales a conocer lo distinto, te pierdes mucho. Aprendes de lo que es diferente, no de lo que es igual”.

 

¿Y qué es un viaje?: “Moverte al son de las personas que encuentras y de las dificultades”. Calaf, que conoce 178 países y va a por más, cree en las transformaciones positivas que viajar puede provocar en la vida de alguien y en su percepción de sí mismo, por eso no se cansa de recetar: “Hay que ir a ver las cosas en persona y, si no puedes, tener los ojos de ese periodista que es de confianza y cuenta las cosas como son”.

 

Su inquietud por visitar otros lugares viene de la infancia, cuando el abuelo que comerciaba con azafrán de la India le hablaba de aquella tierra exótica, de Estados Unidos y de Europa. Con 18 años hizo autoestop hasta Suecia. Y si en 1956 Enrique Meneses realizó un trayecto mítico “De Cairo a Cabo”, ella se atrevió con algo parecido unos años después: carretera desde Barcelona hasta Sudáfrica. “Lo terrible es que probablemente ninguno de los dos viajes se podría hacer ahora. Hay zonas por las que sería suicida transitar. Y no recomendaría mucho el autostop”.

 

“Hablamos de globalización y de la posibilidad tecnológica de llegar a todas partes, del ideal de un mundo cohesionado, pero estamos consiguiendo todo lo contrario”. Calaf defiende la cultura de consenso por encima de la confrontación, en el mundo y en España. ¿Crees que TVE acabará viéndose en la necesidad de abrir una corresponsalía en Barcelona?, pregunta Raúl de la Torre. “Ante todo soy internacionalista. Restar es un error. Hay que sumar. Es una equivocación enorme que pudiendo ser dos cosas acabes siendo una”. “Los nacionalismos, como la religión, son siempre las causas más irracionales de los enfrentamientos. Son emociones, y cuando elevas la emoción a categoría de ideología, tiene muy mal final”. “Lo poco que miramos hacia atrás, hacia la Historia. Cómo cometemos los mismos errores. Y uno de los principales en España es el sectarismo. Conmigo o contra mí”.

Rosa María Calaf, durante la tertulia. Foto: Mónica Marcos

 

Las historias de esta periodista se enroscan y desenroscan, se expanden con anécdotas como genios salidos de la botella. Calaf cenando con un político seductor y sanguinario en Hispanoamérica. Documentándose en las bibliotecas de Londres y París . Conversando con un Ryschard Kapuscinski aún poco conocido que le da pistas para su aventura africana. ¿Qué opina sobre este reportero mítico, del que se han dibujado perfiles tan negativos tras su muerte?, inquiere Alfredo Jiménez-Millas. “Creo que hizo un trabajo extraordinario -un polaco, en aquella época-, aunque otro debate es que en algún caso pueda ser que no se ajustase a lo que estrictamente sucedió” (quizá, quiere pensar Calaf, porque los medios escritos requieren más margen de maniobra, más ingredientes literarios, a la hora de construir las historias).

 

Una cosa es enriquecer los textos, otra mentir, falsear. Calaf clama contra los simulacros en televisión, y especialmente en el periodismo de guerra: “El periodismo ha evolucionado a una gran dosis de espectáculo. Es lo que impacta sobre lo que importa. La empresa periodística está encantada de que te disfraces de reportero intrépido y vayas con casco y chaleco, y estés con el velo cuando no hace ninguna falta (aunque a veces sí sea necesario). Lo mismo con la mascarilla sanitaria. Si te fijas, ves por detrás gente local que no lo lleva. O notas que la reportera que se cubre está sola por la noche en el tejado de un hotel”. “Esto no es una cosa española, es una situación general”. “Si ruedas a gente que se pone a gritar y a quemar banderas de Estados Unidos sólo cuando le acercas la cámara tienes que explicarlo, mover la cámara y decir que cuando has llegado no estaba pasando eso. No puedes rellenar la información de elementos que son falsos”. “Compañeros, sobre todo freelance, me dicen que si no hacen eso nadie compra su trabajo. Se lo compran al que hace el numerito. Es una perversión total”. “Tienes que hacer información de la guerra como si fuera una película. La audiencia ha acabado creyendo que es mejor periodista el que anda todo el rato arrastrado por el suelo cuando no es necesario (insisto que muchas veces lo es)”. “La gran esperanza es la Red, pero divulgando mucho que tenemos que aprender a manejarla”.

 

Los tres periodistas españoles secuestrados en Siria (Marc Marginedas, Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova) “no van en plan Rambo, movidos por la presión de hacer algo espectacular en lugar de valioso”. Según la periodista, su caso es doloroso y sólo una muestra más del sinsentido en el que se ha convertido Siria: “Los intereses por los que se combate han dejado de ser los intereses del pueblo sirio”. Calaf habla con mucho cariño de Marginedas. Compartieron destino: “Es casi como un hijo. Le enviaron a Moscú cuando empezaba su carrera, dice que quiere terminarla allí. Compartíamos infraestructura, vivíamos en el mismo edificio, íbamos juntos al súper… Estoy preocupada”.

 

Calaf, en un momento de La Tertulia Infinita 9. Foto: Mónica Marcos

Sería tonto pensar que la existencia de esta corresponsal ha estado libre de sufrimiento o renuncias personales. Que no hay aristas en su carácter o en su trayectoria. Pero el resultado conseguido es bueno y le hace saber que tomó las decisiones correctas. Muchos asistentes a la tertulia sonríen y suspiran por tener la mitad de experiencias que ella ha tenido y por la libertad de que dispone ahora (hay vida tras un ERE). Ella se lo agradece a la vida (“Mientras el cuerpo aguante…”).

 

También alguien puede pensar que emplear aquí la palabra “guapa” para describir a la periodista sólo aporta frivolidad al texto. Pero hay que mencionar lo que llama la atención del invitado: no es que Rosa María Calaf diera bien ante la cámara, es que es (tiempo presente) muy guapa. Y cariñosa. Y tiene esa clase de elegancia que hace que quieras mirar todo lo que lleva puesto, porque hasta la más pequeña cosa parece particular, de otro lugar o con secreto. Por eso hay admiradores que la saludan en el metro, antes de la tertulia y tras la propia tertulia, donde nunca antes un invitado había sido requerido para hacerse tantas fotos de recuerdo. Se acercan con respeto: «Perdone que interrumpa, sólo quería decirle que…».

 

Hace años, Rosa María Calaf se definió en un test como “curiosa, inquieta, insaciable”. Próximo viaje: Islandia, Groenlandia, San Petersburgo, el Cáucaso.

 

Álbum de fotos de La Tertulia Infinita 9

[Rosa María Calaf fue la corresponsal invitada en La Tertulia Infinita 9, celebrada el jueves 26 de diciembre de 2013 en el Bar Turkana de Madrid].